Daños colaterales

Derechos no garantizados o quebrantados por las autoridades

Por omisión o acción, las autoridades no garantizan e incluso quebrantan los derechos humanos de las personas desaparecidas y sus familias.

Niñas, niños y adolescentes desprotegidos

Existen numerosos obstáculos legales para proteger a niñas, niños y adolescentes con madres o padres desaparecidos. Al ser difícil otorgar su guardia y custodia a familiares que podrían velar por su bienestar, como tías, tíos, abuelas o abuelos, en muchas ocasiones quedan en la orfandad, desprotegidos y a la deriva, sin acceso a seguridad social, educación, vivienda y otros derechos básicos, incluso sin registro civil.

«Mi esposo era el sustento económico más importante, ahora yo tengo la responsabilidad. Busqué trabajar tiempos extras de 7:00 a.m. a 7:00 p.m., además de los sábados. Tengo dos hijas beneficiarias del Fondo de Atención a Niños y Niñas Hijos de las Víctimas de la Lucha contra el Crimen de Chihuahua. En dos años, sólo una vez les dieron uniformes y cuatro despensas. El gobierno promete brindar apoyo, pero no lo hace.»

«A partir de la desaparición de mi hijo, mi nieto se convulsiona. El resto de mis hijos necesitan terapias psicológicas. Tuve que vender mi propiedad para conseguir dinero y la casa de mi hijo está completamente destruida».

Obstáculos para la seguridad social y cancelación de créditos o adeudos

Cuando una persona desaparece, su seguro social, cuentas bancarias, seguros de vida, AFORES y otros servicios similares quedan a su nombre. Para que las familias puedan reclamarlos, las autoridades piden un acta de defunción, pero la persona está legalmente desaparecida, no muerta. Al no existir un acta de defunción, el desconocimiento, inacción y/o incompetencia de las autoridades imposibilita a las familias el reclamo de estos derechos, así como la cancelación de sus créditos.

«Mi esposo está desaparecido. No puedo costear los estudios de mis tres hijas. Nos dejaron sin servicio médico porque ya no se presentó a trabajar. No puedo cobrar los seguros que dejó a su nombre. No cuento con ingresos. Mi esposo tenía dinero en el banco y tampoco podemos disponer de éste. Sólo recibimos una despensa una vez al mes.»

«La vida nos cambió radicalmente con la desaparición de ocho miembros de mi familia. Quedamos totalmente en el desamparo. El Gobierno prometió ayudarme con los gastos familiares, pero ha incumplido. Los niños tienen que permanecer solos porque su mamá debe ir a trabajar. Cada mes necesito un medicamento, pero me dieron de baja el seguro. Lo que más exijo al Gobierno y quiero saber es dónde están mis familiares.»

«El patrón de mi esposo y del resto de sus compañeros desaparecidos no se hizo responsable por ellos. Cada dos meses pago la cuota de INFONAVIT de mi esposo, no me quieren cancelar el crédito porque no tengo un acta de defunción. Pero legalmente mi esposo no está muerto, está desaparecido.»

«Todas las actividades que necesito hacer para buscar a mi hijo, las hago en función de si tengo o no dinero para trasladarme. Las familias necesitamos una pensión mensual para vivir y poder buscar a nuestros hijos desaparecidos.»


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