Alrededor del año 2015 iniciamos con el acompañamiento a personas defensoras de derechos humanos que, debido al ejercicio de su labor, son víctimas de amenazas, agresiones, actos de hostigamiento y campañas de desprestigio, tanto por parte de grupos delictivos como del mismo Estado mexicano.
Por el mismo año, comenzamos a recibir casos de comunidades indígenas de la Sierra Tarahumara que habían sido víctimas de desplazamiento forzado como consecuencia del contexto de inseguridad y violencia ocasionado por la presencia de integrantes del crimen organizado, se vieron obligadas a abandonar sus tierras.
Derivado de lo anterior, hoy en día y mediante el programa de acompañamiento a personas defensoras de derechos humanos, representamos y brindamos atención a otras organizaciones o comunidades se encuentran en situación de riesgo y vulnerabilidad por el ejercicio de su labor, con el propósito de que puedan seguir realizando su trabajo en condiciones de seguridad.