RÁPIDOS PARA QUITAR UNA PLACA Y LENTOS PARA DEFENDER UNA VIDA.
Pbro. Camilo Daniel Pérez
Muy diestro resultó el Gobierno del Estado para quitar una sencilla placa conmemorativa por parte de la ciudadanía del lugar donde fue arteramente asesinada Marisela Escobedo el pasado 16 de diciembre del 2010; sin embargo, muy lerdo nos ha resultado este mismo Gobierno para defender la vida de Marisela, acribillada en sus propias narices, así como de tantas personas que, sin tener a dónde acudir, han perdido la vida de una manera violenta.
La placa, para quienes no tuvieron oportunidad de leerla, decía textualmente: “El 16 de diciembre del año 2010 aquí cayó el cuerpo de marisela Escobedo asesinada por exigir justicia en el feminicidio de su hija Rubí. Chihuahua, Chih. a 8 de marzo del 2011”.
¿Cuál fue la razón de que el Gobierno haya sustraído esta placa conmemorativa? Así lo expone el mismo Gobierno: El retiro obedeció a que ese edificio histórico es considerado patrimonio cultural que a la vez es un bien de uso común, protegido por diversas leyes y reglamentos, como el Código Administrativo, la Ley de Patrimonio Cultural del Estado de Chihuahua y los Reglamentos de Faltas de Policía y Buen Gobierno y el de Imagen Urbana y Paisaje del Municipio de Chihuahua, conforme a los cuales debe evitarse que sufra daños o se le dé un uso indebido.
Pocas veces he leído y he oído tantas “excusas” juntas al mismo tiempo; pero siguiendo con la misma lógica, ¡Cuántos gobiernos deberíamos de haber sacado de las instalaciones del Palacio por el “uso indebido” que le han dado al no velar por la seguridad humana y el bien común de su pueblo!
Siguiendo con la misma lógica, la banqueta exterior del Palacio de Gobierno, para los conocedores de historia y de cultura, no tiene más valor histórico y cultural que el artero asesinato de Marisela Escobedo, signo emblemático de tantos ires y venires por esa banqueta de parte de nuestro pueblo para exigir lo que se le debería dar de una manera connatural: justicia.
Y ahora va la razón más clara que, como pueblo, sabemos e intuimos que el Gobierno tuvo para retirar la placa que, por cierto, se afianzó al piso con cuatro sencillos, imberbes y debiluchos tornillos de no más de tres pulgadas: El daño ciertamente no fue a la banqueta del Palacio de Gobierno. Seguramente tan sencilla placa le molestó grandemente al Gobierno y me imagino que esos cuatro tornillitos le estarían taladrando su conciencia y, sobre todo, el quitarla ha sido un intento desesperado de cuidar su imagen que, por cierto, está en entredicho a nivel internacional.
Como padrecito no puedo menos de exhortar al inicio de esta Cuaresma a nuestro Gobierno para que reconsidere su política y no tenga otro objetivo que el de promover, proteger y salvaguardar la integridad física y moral de las personas y las comunidades. El verdadero patrimonio histórico, social y cultural de nuestro Estado son las vidas de todos y todas las chihuahuenses. Para proteger la vida y salvaguardar los derechos fundamentales deberán ser todos los reglamentos habidos y por haber. Que Dios nos bendiga a todos y en esta Cuaresma “nos agarre confesados”.