Carta del Subcomandante Marcos, 41a Asamblea Nacional de la Red

Carta del Subcomandante Marcos, 41a Asamblea Nacional de la Red
Marzo del 2011

A la 41ª Asamblea Nacional de la Red Nacional de Organismos Civiles “Todos los Derechos para Todas y Todos”.

De: Subcomandante Insurgente Marcos.

Damas y caballeros:

Reciban nuestros saludos. Antes que nada, queremos agradecer al Centro de Derechos Humanos “Fray Bartolomé de Las Casas A.C.” la invitación que nos hicieron para mandar un pequeño mensaje a su Asamblea Nacional.

A algún@s de ustedes tengo el privilegio de conocerlos personalmente, pero a la gran mayoría los conocemos de una forma más gratificante, es decir, por su trabajo.

Por esto les voy a pedir que me permitan un tono coloquial para este mensaje-saludo. Si no me lo permiten, basta saltarse todo lo que sigue a continuación y sólo decir “el EZLN manda un saludo” y ya. De todas formas hay sentimientos que no encuentran aún un alfabeto que permita expresarlos.

Si ya están leyendo esta línea, significa que me han concedido el trato coloquial, ergo, procedo:

Estoy seguro de que la mayoría de ustedes, si no es que todos, sabrán escuchar en estas líneas no los pensamientos y sentimientos del SupMarcos, sino los de los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.


De la misma forma en que nosotras, las zapatistas, los zapatistas, supimos ver en las acciones de Don Samuel no sólo las de un individuo, sino las de un colectivo.


Por eso hoy les recordamos que, es cierto, ahora falta un caminante, pero el camino está ahí. Y sabemos que quienes lo andan en colectivo lograrán convertir el dolor en bandera y decidirán no olvidar, pero tampoco detenerse.


Nosotros pensamos que es así porque, como en la historia de esa ausencia física, su camino y su paso es su convicción, su razón de ser, su vida.


Sé bien que algunos idiotas (sólo varones, hay que reconocerlo) aprovecharon el deceso de Don Samuel para poner a competir al EZLN contra la Diócesis y a Don Samuel contra el SupMarcos respecto a lo que en estas tierras aconteció aquel, para algún@s ahora olvidado Primero de Enero del año 1994 (-vaya, no son pocos quienes, en el recuento de los aportes democráticos y sociales, se saltan de 1988 a 2006-), o por ver quién había hecho o hace más por los pueblos originarios de Chiapas y de México.


Con argumentos del tipo “mi papá le gana a tu papá” o planteando la competencia machista de “a ver quién la tiene más grande”, o “a ver quién la llega más lejos”, o “a ver quién hace más espuma”, estos personajes quisieron enlodar la significativa ausencia de Don Samuel.


Y sí, hubo quién compró boleto para ese juego de niños bobos o de políticos (es lo mismo). Y así editaron la historia para cubrir su ignorancia, o para manipular nuestros conscientes y premeditados silencios. Ya llegará el momento en que nuestra palabra aborde esas esquinas oscuras, que fueron y son aprovechadas por quienes quieren ganar en esa competencia sin sentido.


Nosotros no. Los zapatistas no disputamos un crédito que, en realidad, pertenece a quienes llevan más de 500 años tratando de salir de una pesadilla que cambia de régimen político o de partido en el Poder, pero que sigue imponiendo su cuota de explotación, de despojo, de represión, de desprecio.


Ni siquiera aspiramos o suspiramos por un pie de nota en el abultado libro de la historia contemporánea de este rincón del mundo.


El único crédito que nos reconocemos es el de nuestros errores y fallas que, es cierto, no son pocos ni frugales, pero no contienen la inconsecuencia en ninguna de sus hipócritas vestiduras.


¿Que quién ha hecho o hace más por las comunidades indígenas de este rincón de México?


En lo que al EZLN respecta, nosotros respondemos que poco o nada hemos hecho. Y, en cambio, agregaremos sin titubeos que es mucho, y todo, lo que los pueblos indios de Chiapas y de México han hecho por nosotros. Nada menos y nada más que darnos identidad, camino, rumbo, destino, razón de ser.


Y no sólo a nosotros, a nosotras. También a muchas personas distantes y distintas, en los calendarios y las geografías de México y del mundo.


El lugar que tuvo y tiene Don Samuel en las comunidades indígenas es el que se ganó con su caminar. No sólo ahí, es cierto, pero ahora sólo hablo de lo que conocí de primera mano. Y eso no depende de las competencias infantiles que, en los aciagos días de su desaparición física, adornaron las pláticas de sobremesa, artículos y entrevistas de quienes cubren con ocurrencias su mediocridad y oportunismo.


Uno de los méritos de Don Samuel, lo dije ya alguna vez, es que pudiendo escoger ser Onésimo Cepeda, eligió ser Don Samuel Ruiz García. 


Justo como todas ustedes, todos ustedes pudieron escoger ser otra cosa que lo que ahora son; y, sin embargo, eligieron ser, en sus calendarios y geografías particulares, defensores promotores de los derechos fundamentales del ser humano.


Y al elegir ser esa identidad, al mismo tiempo común y diferenciado (común en su aliento, diferenciada en su historia, lugar y tiempo), no eligieron el camino más fácil, el más cómodo, el que tiene más privilegios y mayores compensaciones, sino uno de los más difíciles, incómodos, ingratos.


Porque, ¿quién defiende los derechos humanos de l@s defensor@s de los derechos humanos?


En fin, ustedes pudieron escoger, por poner un ejemplo, ser Diego Fernández de Cevallos (pido disculpas por decir malas palabras), y convertir el manejo perverso de las leyes en una fuente de riqueza y poder.


O pudieron escoger trabajar bajo las órdenes de quien viola los derechos humanos, es decir, con gobiernos estatales o federales, y esconderse en la frágil coartada de “cambiar las cosas desde dentro” o “atenuar las arbitrariedades de los gobernantes”.


Pero bueno, ustedes mejor que nadie conocen las mil y una formas, coartadas, pretextos y justificaciones que hay para no hacer lo que ahora hacen, o para dejar de ser lo que ahora son (y que es lo que motiva esta Asamblea y nuestro saludo), es decir, su identidad.


En resumen: ustedes pudieron escoger ser otras, ser otros, y, sin embargo, eligieron ser lo que ahora los convoca y reúne.


Cada quien tiene su historia particular y personal de cómo se construyó esa decisión, ese camino. Y, el hecho fundamental, el ser ahora caminantes necios por un mundo mejor, no depende de homenajes, líneas o segundos en los medios; anécdotas en pláticas o tertulias, o en competencias que tasan el valor humano en centímetros.


Y, el reconocimiento a esa decisión, no sólo viene de quien los persigue, los acosa, los calumnia, los golpea, los encarcela, los asesina o los trata de convencer de que se rinda; de que claudiquen, de que se vendan. Es decir, no viene sólo de los distintos gobiernos con colores diversos.


El reconocimiento a eso que eligieron ser también puede venir de quienes carecen de los derechos elementales o los ven pisoteados por quien tiene la fuerza, porque carece de la razón. De quienes encontraron en los proyectos de ustedes, en sus pasos de ustedes, el acompañamiento en la demanda del derecho fundamental: el derecho de tener todos derechos y ejercerlos.


A nosotros, nosotras las zapatistas, siempre nos han provocado admiración y respeto las personas que, pudiendo escoger estar arriba, eligen ser abajo y con los de abajo.
Noten que no estoy hablando de filiación política o de tendencia ideológica, sino de una posición, de unas respuestas sencillas y claras a las preguntas de “¿en dónde?”, “¿con quién?”, “¿frente a quién?”


Y noten también que, puestas esas preguntas así, convierten en ridículas las preguntas “¿quién es mejor?”, “¿quién hace más?”, “¿quién gana?”


Tal vez, para alguno por ahí, lo importante sean las respuestas a las preguntas competitivas. No lo cuestionamos. Cada quien hace uso de su ocio de acuerdo a sus posibilidades… y amistades.


Lo que trato de decir es que son las respuestas de ustedes a las preguntas que dan identidad, las que acá abajo se reconocen: “¿dónde?, abajo; ¿con quién?, con quien lucha; ¿frente a quién?, frente al que oprime.


Ese reconocimiento que viene de abajo no se los puede disputar nadie, ni espera la certificación de cualesquiera de las geografías políticas, de uno a otro extremo.


Y, algunas veces, ese reconocimiento toma la forma de un saludo, como lo es en este caso en el que, por mis letras, las comunidades indígenas zapatistas les mandan un abrazo con el pretexto de esta Cuadragésima Primera Asamblea Nacional.


Cuarenta y una asambleas nacionales son muchas, es cierto, pero parece que la de ese año se celebra en tiempos particularmente delicados.


Delicados por una violencia extendida y profundizada en todo el territorio nacional, y delicados por la violación/negación de los derechos humanos que es la consecuencia de esa violencia que se ejerce fundamentalmente desde el Estado.


Difícilmente se podría encontrar otro calendario en donde la violación y negación de los derechos humanos abarque toda la geografía nacional… y en donde la defensa de esos derechos sea tan peligrosa.


Porque los atentados a los derechos fundamentales (vida, libertad, bienes, verdad) ahora no sólo son padecidos por los sectores sociales llamados “vulnerables”.


La violencia desbocada, con el gobierno federal encabezando la macabra cabalgata, no sólo se extiende por todo el territorio nacional y asuela todos los rincones de la vida cotidiana. Ahora también “democratiza” su arbitrariedad, haciendo víctimas en todos los estratos sociales.


Un agravio tan nacional y tan actual debiera provocar una reacción de igual extensión e idéntica temporalidad, pero ya se ve que el calendario que de arriba se asigna, el electoral, impone otras prioridades.


Por eso también éstos son tiempos delicados: porque allá arriba exigen tomar posición en la falsa disyuntiva electoral. No necesito extenderme en los peligros que, para el camino y el paso que ustedes abrazan, representan estos llamados a la urgencia.


Quienes trabajan en serio en la defensa de los derechos humanos saben bien que las diferentes marcas políticas en el Poder sólo disputan en entusiasmo su sistemática violación de los derechos fundamentales.


Nosotros confiamos en quienes supieron escuchar y mirar, y, en consecuencia, han tratado de entender.


Porque así como su compromiso está fuera de toda duda para nosotros, también lo están su inteligencia y su capacidad de análisis.


Bueno, no los interrumpo más. He visto la agenda preliminar de su Asamblea y he constatado que tienen mucho trabajo… y sólo una comida en 3 días (lo que es, claramente, una violación al derecho de atascarse).


Sale pues, con el abrazo que les damos, va también nuestro deseo de que todo salga bien en su asamblea.


Como todas las decisiones que realmente importan y hacen la diferencia, las que ustedes tomen en estos días no tendrán eco ni consecuencias inmediatas, pero serán fundamentales para la geografía y el calendario que su identidad elija.


Porque quienes caminan saben que cada paso cuenta, aunque el recorrido se haga visible sólo al llegar a su destino.


Vale. Salud y que, sin importar los riesgos y maledicencias, su identidad se mantenga.


Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Marzo del 2011
 



PD.- Lamento con pesar el que mi firma, y la fecha en la que la estampo, contradigan los rumores hechos twitters, noticias y comunicados gubernamentales sobre mi estado de salud. Aunque, hay que decirlo, eso del enfisema pulmonar y el cáncer provocó que ya no me manden tabaco, lo que sí es una clara maniobra contrainsurgente.


Así que es oficial: no tengo eso que dicen que tengo… o no todavía. Así que no tengan pena y manden tabaco, que yo tendré cuidado de tachar la leyenda que reza: “Fumar es causa de cáncer y enfisema pulmonar. Fumar durante el embarazo aumenta el riesgo de parto prematuro (una caja de puritos decía “rapto prematuro”, me cae) y de bajo peso para el recién nacido (¿o sea que ya no voy a poder decir: “fat is beatifull”?) y otros riesgos reproductivos” (¿o sea, que no voy a poder ganar en la competencia de “a ver quién la tiene más grande”?, bah, de por sí yo ya estaba en las ligas muy menores). En todo caso, manden tabaco para que ahora sí se les haga.


Ora si, vale de nuez.


Desde las montañas… cof… cof… cof… arghhh… cof… cof… ¡puaj!…


Oh, oh… ¿es eso un pedazo de pulmón o uno de calabaza mal digerida?

El “Sup” alentando rumores.

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